31 de agosto, Día Internacional de la Obstetricia y de la embarazada.

El 31 de Agosto se festeja el día de la Obstetricia y de la embarazada, en honor al día en que murió San Ramón Nonato en el año 1240. Este Cardenal nacido en Lérida en el año 1204 fue extraído con vida del vientre de su madre muerta el día anterior.

En relación con las circunstancias de su nacimiento, este santo fue elegido patrono de la obstetricia, parturientas y embarazadas, a él se evoca en cada embarazo para la protección de la madre y el hijo cuando nuestras mujeres están embarazadas.

“San Ramón te saque con bien”

Aunque no es una fecha aceptada de manera universal, países como Argentina, Ecuador, Perú y Paraguay entre otros, acordaron que el 31 de agosto se celebraría el Día Nacional de la Obstetricia y de la Embarazada, mientras que en Nicaragua se celebra el 15 de julio, en Brasil el 12 de abril, en Venezuela el 12 de agosto, los cambios por país motivados por el deseo de reconocer profesores y maestros de la Obstetricia y ginecología en los diferentes países, tomando de referencia sus fechas natalicias.

La obstetricia y la atención del parto mismo, han sufrido cambios a lo largo de la historia. Conocemos tradiciones, costumbres de dicha atención y a la vez hemos oído historias de todo tipo de lo que representó y representa el nacimiento en todas las culturas y en todas las épocas sin importar el paso de los siglos.

Cada día se avanza mas, no solo en el diagnóstico cada vez más temprano, sino los cuidados, las atenciones durante los meses de gestación, los estudios y pruebas a realizar para tener una mayor certeza de cómo viene todo y lo que está aconteciendo dentro de ese útero durante los meses de embarazo, pudiendo seguir paso a paso el desarrollo de cada órgano, de cada estructura, de cómo diagnosticar de manera oportuna y de cómo resolver de manera temprana, hasta intraútero un sinnúmero de eventos que antes ni nos imaginábamos pudiera ser posible hacer, definitivamente, estamos avanzando.

Hoy es día de reconocer, ante todo a esa mujer que, pese a todas las circunstancias que le rodean, sin importar su condición de gestante, se mantiene activa, cada día con mas funciones, mas exigencias como madre, esposa, ejecutiva u obrera, cabeza de familia, muchas veces sola, siempre llevando con orgullo su gestación, pero sobre todo, felicitar a aquellas acorazadas que, sin importar nada más que el hijo que llevan en su vientre, deciden tenerlo, como un compromiso a la vida.

En las Sagradas escrituras, hay 25 versículos relacionados con el acto de nacer, desde el mismo Génesis, en todos, se narran hechos del nacimiento en sentido general, desde el significado del hijo, del olvido mismo de la mujer de las angustias acontecidas durante el momento del parto, del nacimiento mismo, del futuro del hijo por nacer.

La obstetricia, antiguamente se le definía como la ciencia o el arte de la reproducción humana, en la actualidad su definición es un poco más amplia, cuyo objetivo es la salud sexual y reproductiva de la mujer, la familia y la comunidad; incluyendo la atención a la salud de la mujer antes, durante y después de dar a luz.

En la historia, este era un acontecimiento asistido por una partera, una mujer que seguía la tradición, sin estudios en la materia, calificada para su oficio por el solo hecho de haber asistido otros partos. Fue en estas circunstancias y tomando en cuenta que desde la fundación de la República Dominicana, una de nuestras carencias ha sido de personal de salud, pocos médicos había en el país a inicios del siglo XX. De hecho, se reportaba que hacia 1917 había sólo 95 médicos en todo el país. Desde esa época, las diferentes leyes de salud regulaban el ejercicio de las parteras y las comadronas, pero fue la Ley General de Estudios del 1902, que estableció en nuestro país los estudios de obstetricia para obtener el título de partera en el Instituto Profesional. En el 1900 se graduó en el Instituto Profesional, la Sra. Eloísa Espejo de Linares, se convirtió en la primera mujer en graduarse de dicho Instituto, ejerció en San Francisco de Macorís., Doña Rosalía Jesorum, en 1902, fue la segunda mujer graduada de este instituto y ejerció en San Pedro de Macorís. La mayoría de estas parteras ejercían en el interior del país, en donde los servicios de salud eran aún más precarios que en Santo Domingo. Pese a estas iniciativas del siglo pasado, ya hoy no se sigue formando ese personal.

Hoy, en el mundo se forman Obstetricers o enfermeras obstétricas, formadas como enfermeras especializadas con un total de 4 años de formación universitaria, capacitadas para asistir el parto, sin intervencionismo ni complicaciones, existen también las Doulas un grupo de mujeres entrenadas y experimentadas para dar apoyo emocional, físico e informativo continuo e incondicional a la madre antes, durante y después del nacimiento.

Esta fecha nos recibe en medio de luchas, dimes y diretes y con mucho que aportar de parte y parte como médicos, como estado, como administradores de servicios de salud, para la consecución de mejores condiciones, laborales, humanas y de todo tipo en beneficio de toda nuestra sociedad.

Felicidades a todos los profesionales de la Obstetricia que con esmero, dedicación, esfuerzo y altruismo, logran ejercer, pese a las circunstancias, tratando de mantener ante todo la vida y mejores condiciones de salud a la mujer embarazada, a su bebe y todo su entorno. Hay mucho por lograr, muchos obstáculos por vencer y sobre todo, mucho por dar y ofrecer a todas esas mujeres que nos confían su vida y a la de su hijo por nacer.

Dios les bendiga. JUNTA DIRECTIVA

2017-2019

Cortesía: Dr. César López
Ginecologo –OBSTETRA
Secretario General Sociedad Dominicana Obstetricia y Ginecología (SDOG) Asesor Sociedad Dominicana Medicina Perinatal (SODOMEP).

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